lunes, 25 de mayo de 2015

CIRAT

Comenzaremos como siempre reuniendo al grupo en el punto de costumbre algo mas temprano, dado lo lejano de la ruta y nos vemos a las 7:30 horas los madrugadores: Jacinto A., Manolo M., Begoña R., Horten P., Mati C., José Ramón S., Manuel P., Eusebio S., Vicente H. y Ramón T. y tomamos la salida en dos coches.

Llegamos al pueblo de Cirat y nos dirigimos al Hostal-Rte. Sorní en donde tenemos que volver para comer. Cumplimos con el “compromiso” del almuerzo y nos disponemos a partir e iniciar la ruta pero hay que esperar a que Jesús, propietario del hostal nos haga un detallado plano pasa salir del pueblo hasta su inicio, llegando al mismo y viendo que es una calzada romana que nos indica la dirección del “salto de la novia” y hacia allí nos dirigimos por una bonita senda que va ascendiendo entre la vegetación hasta la loma, hacia el barranco de las Salinas que recorremos en su totalidad tras desestimar el desvio al “castillo” que no son mas que un resto de piedras y hasta llegar al cruce con el rio e inicio del desvio que nos conduce al paraje del “salto de la novia”.

Bonito paraje éste el del “salto de la novia” que invita al baño, pero no así la temperatura ambiente que tampoco es tan calurosa aunque el sol brilla con ganas. Disfrutamos del mismo y tomamos el regreso al cruce del rio en donde hemos tomado este desvio y en donde decidimos alterar la ruta prevista de vuelta hacia el pueblo, para evitar al máximo las pistas ciclables y utilizar los senderos de montaña que es lo que a todos nos gusta.

Volvemos pues tras recorrer durante un breve tramo de pista forestal, a retomar un sendero que nos conduce de nuevo al barranco de las salinas, pero en esta ocasión por el otro margen, disfrutando de nuevo de este bonito sendero de montaña que finalmente termina en una pista forestal y posteriormente carretera que conduce al final de nuestra ruta.

Entrados en el pueblo y dado que el tiempo nos ha cundido, ya que hemos recorrido unos 13 kilometros en menos de 4 horas, nos detenemos en una plaza arbolada con una agradable sombra y junto a la iglesia para tomarnos unas cervezas que nos saben a gloria que es lo que toca ya que estamos al lado de tan “sacro” edificio. 

Refrescados ya y algo mas relajados, nos vamos ya en dirección al hostal Sorní en donde repetimos el “ritual de las birras” acompañadas de unos platos de morro, a las que nos invita con placer Mati y que todos agradecemos.

De la comida, que vamos a decir. Menú de tres primeros, tres segundos, buenos y abundantes, bebida sin límite, postre y café, cremaets, carajillos, etc. y para finalizar, Jesús, el dueño del hostal nos invita a unos “chupitos” de pacharán, puesto que para eso es navarro y nos vamos todos mas que contentos a casa hasta la próxima excursión que será playera para no pasar mucho calor si tenemos que caminar que será de forma simbólica.

Fotos AQUÍ.

Ramón T.